Mi trabajo tiene algunas cosas buenas. El trabajar en y con la naturaleza, trabajar con personas que necesitan una atención especial y otra oportunidad. Y en tercer lugar, el andar de allá para acá y recorrer toda la ciudad. Las malas no las diré, pues no es mi propósito de esta entrada.
Recorrer las calles para desplazarte de un sitio a otro, te da la oportunidad de sentir el latido de la urbe, ver gente por todos lados con su trasiego incesante hacia el trabajo, hacia las escuelas, oficinas. Ver los diferentes gremios trabajando, el tráfico, las calles de barrios antiguos en decadencia con ruido de motores, las calles de nuevos barrios y sus avenidas anchas con arbolado, césped y el sonido de aves.
Pero también, al recorrer tantas calles y barrios te da la oportunidad de coincidir en una cafetería con un antiguo compañero de trabajo al que aprecias. O al cartero de tu casa que también es tu viejo amigo. O a la amiga que trabaja en el hospital donde llevas a tus compañeros de trabajo si se encuentran mal. O puedes ver a los hijos de amigos jugando en el recreo. O a ese que fue compañero de clase de no sé que año, saliendo de una oficina.
Pero también puedes ver pasar a esa persona que un día fue importante en tu vida, llevando dos hijos al lado. Y entonces es cuando me pregunto: ¿Tanto le cuesta a la gente despedirse? ¿Tan difícil es decir un día, mira ya no quiero saber de ti, o no puedo, o no quiero o tengo otras cosas en que pensar? Pues parece que si. Que sí se puede terminar una amistad sin dejar rastro, como si nada y sin decir ahora no porque preciso de otras cosas, pero ya nos volveremos a ver, pues te aprecio.
Seguimos sumando con los años, por lo visto. Y ya son muchas las personas a las que les dedicas tiempo, y de repente, de un día para otro... desaparecen. Y no, no lo entiendo y no lo entenderé.
Tengo, ahora, una alumna mayor que me dice que soy un caso extraño porque me vuelco en las personas más de lo que debería y que luego no me van a corresponder. Yo le digo que aunque lo sepa de antemano, no hacerlo por mi parte sería algo sinsentido. Pues en mi forma de pensar, la gente tiene sentido y se le debe parte del tiempo de uno mismo. Por desgracia no dispongo de todo el tiempo que me gustaría, pues son muchos proyectos y muchas personas con las que tengo gran empatía sino cariño y amor.
Sea como fuere, lo cierto es que ver a esa persona con los hijos caminando por la calle, me ha hecho recordar el cariño y amistad que nos teníamos, y me ha vuelto a poner frente a la lista de personas que han desaparecido sin decir adiós. Cosa que nunca entenderé y que por mi forma de ser (inútil, creo) me hará continuar esperando un hola, aquí estoy de nuevo.
Sé que cada uno lleva su vida, es lo normal. Sé que hay temporadas en las vidas de cada uno, pero como siempre he dicho: "Yo aquí me quedo sujetando la puerta para que no se cierre".
Toda esta entrada, realmente no es más que una excusa para dejaros un tema que me tiene loco y no hago más que escucharlo una y otra vez. Un tema del último álbum de la cantante y compositora londinense Lola Young.
tema: Messy
autor: Lola young
disco: This wasn´t meant for you anyway
año: 2024
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