Ya debemos estar todos metidos en harina a estas alturas de septiembre, ya con los libros forrados, y los cuadernos recién empezados. Ya estamos cerrando el verano, la noche se acerca por fin y se puede dormir mejor.
Ayer, me senté a esperar de nuevo la muerte, pero como no vino a buscarme, me dio tiempo de ver una película, que aun no siendo tan buena como esperaba, me trajo a la memoria un autor que tenía realmente muy olvidado, pero que sin embargo siempre me ha gustado mucho, a pesar de que nunca lo he disfrutado en sus directos, por su poca o ninguna empatía con quien hemos ido a verle.
Después de un fin de semana en que todo ha saltado por los aires, imagino que fruto, una vez más, del consumo excesivo de determinado tipo de embutido, al menos la visión de esta peli, me trajo algo de calma y el grato placer de volver a escuchar al tío Van y su sonido pulcro y elegante.
Empezamos curso, cursos y a saltar por los aires la convivencia y el buen rollo. Será el embutido o quizá que los nervios están a flor de piel.
En septiembre, cuando el estrés se apodera de nuestra agenda, quizá debamos volver a rescatar los discos de esté león de Belfast y buscar la calma.
Quizá no podamos bailar junto a la orilla de la piscina en las noches de septiembre, quizá debamos esperar a bailar en la cocina, en calma. Y recordar días como estos.
tema: Days like this
autor: Van Morrison
disco: Days like this
año: 1995
