sábado, 27 de abril de 2024

Encontrarse a uno mismo

 Aquello de no te sientes en la cama, o de ir a sentarse en la cama de otros, ha dejado de ser algo habitual. Dejó de serlo hace demasiados años, cómo casi todo lo demás. Ahora decirle a alguien que no se siente en mi cama o que alguien me lo diga a mi, ya es extraordinario y suena hasta raro e imprudente.
Sea como fuere, ayer tuve la ocasión de que se me invitara a escuchar música. Y más exactamente, la nueva música de Nelson. Fui invitado a charlar y compartir, como en los viejos tiempos. Pero en el caso de ayer, toda la música que sonó excepto un tema fueron los nuevos temas que el Almirante (ya citado anteriormente en este blog) está preparando. Y debo decir que me encantó compartir teorías, pensamientos y música con él, como siempre.
No voy a decir nada que pueda dar pistas sobre sus nuevas propuestas. Esperaré a que las publique para compartir aquí mis sensaciones, aunque si quiero decir que hay quien tiene claro el camino y sabe expresarse de manera clara y concisa. Algo raro en los tiempos que vivimos, y que el Almirante ha aprendido a hacer de una manera contundente. Por ello y por mucho más, me provoca admiración y la sensación de no haber sabido empaparme mucho más de él.
Mientras unos pasamos los años decidiendo de que color pintar el barquito en la arena, otros salen a la mar con un gran barco que se va terminando de construir en alta mar.
 
Hoy, y a la espera de la publicación de esos temas que ayer escuché en primicia, pongo esta canción de "Cachao" que ha sido mi banda sonora los días pasados en la costa norteña. 
 
tema: ¡Como mi ritmo no hay dos!
autor: Tito puente
Intérprete: Israel "Cachao" López
disco: Cachao y su descarga cubana
año: 1957
versión en directo en Miami de 1992

 
 

jueves, 11 de abril de 2024

Quizá no seas el único

 A estas alturas ya conocemos todos aquel dicho de "los árboles no te dejan ver el bosque". Actualmente, todos sabemos de la precariedad laboral en casi todos los sectores o ámbitos laborales en España, o mejor dicho a nivel global. En el caso de este blog trato siempre de hablar de música, y es por ello que en esta entrada quiero aprovechar para exponer mis diferencias o pensamientos respecto a una entrada que se publicó recientemente en la prensa y que estaba escrita por un músico perteneciente entre otras a una banda conocida y en plena expansión mediática, y que además tengo amistad con varios de los músicos que en ella tocan y de los que conozco sus trayectorias y sus circunstancias laborales y personales.
El 26 de Marzo de este 2024 aparecía una publicación en una web dedicada a la cultura donde uno de los músicos de esta banda relataba un problema actual con la salud de la industria musical, la música actual y los artistas. Os dejo el enlace al final de esta entrada por si os apetece leerlo.
El caso es que ese mismo día y tras la publicación del ese articulo al que hago referencia hoy, fueron cientos los músicos que lo compartieron por todas las redes y se hicieron eco de la publicación. Tod@s en cualquier caso lo hicieron a modo de apoyo a las palabras que en él se dicen y como protesta por la situación en la que parece sumido el sector musical. En mi caso, preferí no compartirlo, pues estando de acuerdo en la situación que relata y sé de la certeza de sus palabras, sin embargo pienso que se equivoca en varios aspectos. 
En primer lugar me resulta un articulo demasiado subjetivo a modo de queja personal (aunque ya son cientos los que se sienten aludidos y comparten las mismas quejas), pero creo que no relata el mundo de la música en su totalidad, sino su forma individual de percibir su realidad laboral o quizá la realidad laboral de un sector. Y si digo que me parece una queja subjetiva es por el hecho de que este músico que escribe, se queja de lo mal pagado que esta el sector de los artistas, las bandas, etc. Pues describe su enfado por el poco rédito económico que recibe tras sus muchos años de estudios y especialización en el sector. Quejarse es un derecho, en eso estoy de acuerdo, pero me parece subjetivo si tenemos en cuenta que también un médico (según la especialidad, quizá igual que en la música) percibe un salario mucho menor del que merece su currículum, y que al igual que este músico, el médico también debe estar al día de las nuevas técnicas, tecnologías y estudios que aparecen con respecto a su trabajo. Y al igual que un médico, podríamos decir un historiador, un científico de cualquier campo de investigación, un abogado, cualquier otro trabajador de la rama sanitaria, de la hostelería, la agricultura,del teatro, del cine, del sector del metal o un técnico de cualquier oficio.
Yo pienso que es un error endémico de nuestra sociedad, y no un problema del oficio del músico. Creo que en la mayor parte de la sociedad, se da el caso de tener que trabajar de otras cosas que nada tienen que ver con aquello que le place y de lo que se ha especializado. Desde luego un técnico mal pagado, al menos es mal pagado cuando se tiene que desplazar para realizar un trabajo y después volver a su casa. Estoy de acuerdo. No voy a negar que son muchos los músicos que viajan largas horas por las carreteras de nuestro país para llegar a una sala donde no hay nadie o apenas una decena de personas que pague una entrada para verles. En este caso, el autor del articulo menciona que él mismo, en calidad de profesional cobra sus honorarios aunque la banda no haya sacado rédito económico de esa actuación. Pero también pienso que ese viaje de carretera para un concierto no se repite a diario seis días a la semana, lo cual sería terrible para el músico, pero si tenemos en cuenta al trabajador por cuenta ajena que dedica a su jornada ocho horas diarias más los desplazamientos, seis días a la semana, quizá la cuenta salga emparejada o a ganar para el músico. Pues un trabajador por cuenta ajena no gana 150 € por dos horas de trabajo más otras dos o tres de desplazamiento, más la manutención y hospedaje, ¡ojo! en algunos o muchos casos, no siempre desde luego. Aquí debo decir que el tener mayor o menor carga de trabajo dependerá en bastante medida del producto que vendas, y ahí creo que podríamos asemejarlo a cualquier otro trabajador. Si vendes un producto que apenas nadie compra, tienes un problema como empresa. Si aciertas a vender el producto que todos quieren, seguramente no tendrás problemas económicos.
Si por el contrario, vemos la música como arte y no como un producto de venta masiva, en ese caso también tengo mis dudas respecto a las quejas, pues vivimos un tiempo en el que el artista seguramente merece un salario adecuado a su esfuerzo y dedicación. Vale, lo entiendo. Pero si lo analizamos tendremos dos posibles opciones. O se sufraga ese esfuerzo (visto como un producto sin salida comercial) por parte del Estado en forma de subvenciones a pesar de que ese arte no sea plausible y se le paga al músico lo justo y necesario para vivir, o lo vemos de forma capitalista. En cuyo caso, si el Estado de desentiende de la manutención del artista y éste prefiere gestionar de forma empresarial su proyecto, será el caso de que no pueda quejarse si su proyecto y su esfuerzo no tiene el rédito económico que se espera, al igual que no creo que se queje aquel que sí tenga un proyecto artístico que funciona y le proporciona una liquidación cómoda.
Imagino que a casi todas las personas les encantaría vivir de lo que les gusta, y más personas aún, aquellas a las que les gustaría vivir de lo que se han preparado y esforzado. Pero no. No es así en muchos casos. La realidad es muy diferente. Y no me creo que sólo aquellos que se inclinan por el arte sean luchadores incansables de sus sueños. Más bien pienso que todos los demás prefieren soñar con el estómago lleno. Esto me recuerda un verso de un tango que dice: "No se sueña nada ilustre con el estómago vacío".
Vivimos tiempos confusos, y entre esas confusiones, yo trato de recordar mis lecturas acerca de anécdotas y biografías de muchísimos artistas y del sector musical. Y en la mayoría de las ocasiones sólo hay pobreza y desasosiego. No ha llegado hasta nosotros más que (como mucho) la mitad o menos de los artistas que viven en cada momento, en cada década, en cada siglo. ¿Quienes sobreviven en la historia?¿Quienes y cuantos gozan del éxito y por extensión de una vida económicamente acomodada? Evidentemente solo aquellos que supieron vender su arte y que supieron que arte crear y para qué público. El resto malvivía o seguramente desarrollaban su arte a la par que algún otro trabajo remunerado.
En el arte, en este caso más exacto, la música, no debemos olvidar que en muchos casos tuvo un carácter ambulante y poco acomodado, por no decir que la mayoría de los creadores de música pasan desapercibidos y mal pagados por la historia. El arte, cuando carece de mecenas y se aleja de los gustos de quien paga por él, debería tener una parte importante de rebeldía, picaresca, subversión.
Imagino ahora los problemas de los músicos actuales que malviven para exponer su obra fuera del círculo de la industria musical mediática. Y me doy cuenta que sigue siendo el mismo problema que el de aquellos artistas que creaban obras al margen de la monarquía, nobleza y círculos acomodados de antes (los que pagaban para ser entretenidos). ¿Donde está la diferencia?¿Ha cambiado algo desde entonces?
Podríamos decir que sí, que sí ha habido un cambio muy significativo. Un cambio que empezó en el siglo XX, con la invención de los diferentes soportes de divulgación sonora y con una industria ávida por encontrar más artistas con los que rellenar el tiempo de las emisiones radiofónicas, y por la necesidad económica de crear referentes populares por parte de la industria, a modo de producto comercial.
Ahí, es donde el artista actual, educado a finales del siglo XX, ha vivido la sensación de que todo aquel que se lo proponga a base de constancia y esfuerzo puede llegar a brillar, y si no, al menos a vivir bien haciendo su arte. Pero creo que aquí la equivocación es mayúscula en todas esas generaciones en las que me incluyo. Lo cierto es que por mucho que la producción haya estado al alcance de todos los artistas, se nos olvida la inmensa mayoría de artistas que no han sido nunca radiados, la gran cantidad de publicaciones en diferentes soportes que colapsan las estanterías con discos y canciones que nadie escuchará nunca. 
Quizá el músico que escribe ese articulo, a parte de buscar una remuneración acorde a su esfuerzo, esté esperando un golpe de suerte mientras espera que la sociedad cambie de modo que alguien modere los salarios de los artistas. Sin embargo, volvemos a olvidar que aquellos tocados por "la suerte", si llegamos a conocerles a fondo, nunca falta un importante trabajo de constancia como comercial de su obra, un constante e incesante trabajo de búsqueda por estar en los círculos donde pueda hacerse un hueco, politiqueo, mecenas, contactos adinerados, familia, etc. Y algo me dice que no todos los artistas tienen el don de "lameculos", ni el don de la genialidad con la que a algunos al final les llega el reconocimiento, ni el don de las relaciones comerciales, ni familia adinerada, etc.
Algunos tardamos demasiados años en darnos cuenta que es más importante un buen contacto que miles de horas de genialidad artística. Y si no tienes ese contacto que te aúpe con tu obra... O te dedicas a la vez a otros trabajos remunerados, o buscas la forma de que el Estado te subvencione el alquiler.
En este articulo, también se menciona el tema de las salas, y aquí es donde detecto algo que viene sucediendo en las ultimas décadas. Las Salas son igual que los pequeños teatros o cines independientes. Es decir, programan aquello que posiblemente este en consonancia con el ideario del dueño, pero sólo eso no sostiene la infraestructura de esa empresa. Y desde luego tienen que hacer malabares para programar todo tipo de propuestas. Y también tienen claro que hay proyectos que no mueven al público de casa y por lo tanto no tienen muchas ganas de arriesgarse con esos.
Así que tenemos dos quejas, podemos quejarnos de la sala. Que no quiere arriesgarse y te cobra el alquiler del espacio, y podemos quejarnos del público. Porque aquí parece claro que el público es una masa analfabeta y manejable que prefiere ver plataformas de televisión en el sofá que salir a verse toda la oferta de ocio de salas, cines y teatro. Y la verdad, en mi opinión, creo que el problema no son las plataformas en sí mismas. La gente decide lo que quiere hacer con su tiempo, no lo olvidemos. Y la decisión debería ser respetada. Espero que la gente no deba o tenga que ir a ver un concierto porque un músico necesite pagar su alquiler. Sino porque tenga algo que ofrecer y que además tenga algo mejor que ofrecer que las plataformas. Pero claro, en ese caso ya estamos hablando de "producto". Ofrecer algo y por un precio, se denomina comercio y se comercian productos. Lo otro, ese arte irreverente, rebelde y subversivo es otra cosa y se ofrece por otros canales. Pero el gratis o por el amor al arte o en la calle con la funda de la guitarra en el suelo para las monedas no da para una vida acomodada. Digna si, muy digna y honesta. Pero me parece que decimos digna cuando queremos decir acomodada.
 
Por otro lado, y haciendo referencia a ese tema de las salas. Suele ocurrir que las bandas que tratan con mayor esfuerzo de salir adelante, ponen su mirada en las grandes capitales de este país como Madrid y Barcelona. Y parece que se olvidan de los gratificante y mejor remunerado en muchos más casos de salir a tocar fuera de esos círculos. En Madrid o Barcelona, pero sobretodo en Madrid capital, para tocar debes tener algo de nombre en el mundo musical o un padrino que te abra la puerta. si ya tienes eso, en ese caso debes abonar al menos 300€ de alquiler de sala, más los gastos de técnico de sonido y de producción. Y ahora, si ya tienes todo eso listo, toca rezar para que el público decida ir a tu concierto y no quedarse en casa o asistir a los cientos de eventos que se realizan a la vez que el tuyo. Otra opción es tocar en una sala de Pozuelo o Alcorcón con menor o ningún precio de alquiler de sala. Pero eso ya no mola, claro.
Sin embargo, y algo que les cuesta entender a bastantes artistas, es que si sales de Madrid, tienes otras 51 capitales de provincia y unos cuatrocientos municipios de más de veinte mil habitantes para enseñar tu arte, cada uno de esos municipios tienen teatros, salas, pubs y diversas ofertas de centros multiusos donde exponer tu obra. Si a eso le sumas que una gran mayoría están gestionadas de forma pública, resulta que no debes pagar ningún alquiler porque son espacios públicos. Si hablamos de salas, la gran mayoría tampoco cobran alquiler o a veces algo simbólico. Y si a eso le sumas que en esas capitales la oferta de ocio es muchísimo menor, significa que tu espectáculo tiene más opciones de atraer al espectador. Y si a esto le sumas el contactar con una banda local, tendrás la oportunidad de llenar la sala, de no tener que transportar instrumentos y poder viajar en bus o tren (más barato) y quizá hasta te ofrezcan dónde dormir y desayunar como si fueras un querido familiar.
Pero, claro. Todo esto no resulta "cool" y parece que desmerece al artista si no duermes en hotel con desayuno continental, si tienes que aguantar fanáticos de tu obra cara a cara, y no con la barrera emocional que proporciona un camerino con salida por el callejón de atrás. Por no hablar de lo poco resultón que suena  decir que tocas en Orihuela en vez de en Madrid.

Por último, solo me queda hacer referencia a su queja sobre la falta de público en los conciertos, o a la compra de discos. Y aunque parezca que estoy escribiendo aquí con la intención de desmoronar todo su articulo, realmente, soy de ese tipo de público del que no puede quejarse un artista, pues yo compro discos, voy a conciertos, viajo para ver conciertos, etc. Pero sin embargo pongo mi duda sobre todo lo que ocurre actualmente, Y si los tiempos cambian, sería conveniente saber adaptarse a ellos. Ha habido negacionistas durante toda la historia. Tierraplanistas que pensaban que no había más allá de Finisterre, quienes pensaban que el ser humano no era capaz de aguantar un viaje en tren por la excesiva velocidad de la locomotora, hubo quien rechazaba las propuestas artísticas más innovadoras de cada época, etc. Los tiempos cambian, y con ellos los soportes. Supongo que este músico, solo tenía intención de hablar de su subjetiva opinión de la música actual, pero... ¿Que ocurre con el teatro? ¿Y el cine? o ¿el circo?. Incluso ¿con las corridas de toros? Pues no corren buenos tiempo para ninguno de ellos. Pero en vez de pensar que todo el mundo se ha puesto en contra de los artistas, a lo mejor debemos pensar en que los tiempos han cambiado y que el público ya no necesita salir de casa para ver a un acróbata, a un mago, a un torero, a un actor de teatro, o de cine, etc. Ya no se compran discos en el puesto de "Merchan". Ya, lo sé. Igual que no se alquilan ni compran cintas de video o de DVD. ¿Y que podemos hacer? Pues quejarnos, o pensar en crear otros soportes. Pero lo cierto es que son decenas las compañías de circo que han cesado su trabajo, no así la de la compañía del Sol que supo adecuarse a los tiempos, ofreciendo un espectáculo innovador y más acorde a los tiempos del espectador. Si vais al teatro (a uno que no esté en La Latina o en el centro de Madrid) veréis que no es habitual colgar el cartel de entradas agotadas, es más, yo he vivido la experiencia de ver un teatro de gran envergadura con una función importante y apenas una veintena de espectadores en la sesión de un Jueves. Y así podríamos hablar de todas esas formas de ocio que antes eran "lo que había" hasta que la televisión e internet ha hecho que tengamos toda esa oferta y más a cualquier hora del día.

Conclusión. Que este músico tiene derecho a quejarse de su situación, solo faltaría. Pero su situación, creo que responde más a unos tiempos que están cambiando o han cambiado. A una búsqueda de ocio por parte del público que no responde a lo que él tiene en su cabeza por oferta de ocio. Y creo que si mira alrededor verá que cada vez es más difícil encontrar un sector que no esté mal pagado en cuestión del esfuerzo y horas que le llevan al trabajador.

Y un consejo. Animo a todas esas bandas que no triunfan en Madrid a que se pasen por otras ciudades pequeñas a disfrutar de un aforo pequeño pero abarrotado, de la amistad con los fans que quieren preguntarles cosas, y que se olviden de ese narcisismo de querer realizar el evento solos y se atrevan a compartir escenario con las bandas locales. Creo que otro de los mayores problemas en la música actual es que el carácter narcisista de quien se cree grande no permite la necesaria sinergia entre artistas. Y eso es un cáncer artístico que mata al autor y a su obra.

Como no puede ser de otro modo, hoy toca la canción de Sixto Rodríguez, de quien ahora ya sabemos todos, pues antes no teníamos ni la más remota idea, y de su historia de como pasó su vida trabajando de albañil, que le pregunten a él por aquello de trabajar de eso en lo que tanto esfuerzo puso.
 
Aqui os dejo el enlace que olvidé poner y que mi gran amigo Victor, tras leer esta entrada y encontrar el error, hoy trato de solventar. Asi podéis leer aquellos que estéis interesados, el articulo al que hago referencia.

tema: Sugar Man
autor: Sixto Rodriguez
disco: Cold Fact
Año: 1970