martes, 20 de junio de 2023

Legionario

 Hoy, acabo de recordar una de mis últimas noches largas. 
El bombero no tiene nombre, simplemente es "El Bombero", y tampoco tiene sentimientos ni su rostro cambia a lo largo de un día entero de beber alcohol sin parar. Ya lo conocía desde hacía más años de los que él se creía. Tranquilamente, unos veinticinco años que ya me lo presentaron y bebí y toqué la guitarra para él y otros en alguna noche larga de esas.
Hace unas semanas, vi cómo bebía al mismo ritmo desde las doce de la mañana, a la vez que yo. Su rostro y su sosiego a las cuatro de la madrugada, seguía exactamente igual. Y a la vez, igual que el mío, mientras todos los demás se fueron marchando en un estado de bastante embriaguez.
Nos quedamos solos, en el bar. Nos quedamos a solas y con tan sólo mi guitarra como única compañía musical en ese momento y decenas de botijos gastados en la mesa.
Él iba a cerrar, yo lejos de querer marchar y lejos de sentirme borracho, le pedí que me sirviera más cervezas y a cambio yo no dejaría de tocar.
El bombero me dijo que no le gusta la música y que yo no toco la única música que a el le gusta, la ranchera.
Así que afiné la guitarra y canté mientras el apagaba las luces "La cama de piedra", en un tiempo mucho más lento y melancólico de lo que suelo interpretar a veces.
Se volvió a la barra aquel hombre impasible, sacó varias cervezas que me acercó hasta la mesa y allí "solitos" los dos, empezamos a hablar y cantar rancheras, se soltó, se desahogó, me lo contó todo y hasta sus ojos inalterables, acabaron llorando y diciendo que podría ser una de las noches más bonitas de su vida.
Curado el alma y cuatro horas más de reloj bebiendo cervezas sin parar, recogí mi guitarra y salimos del bar con el sol bastante más alto de lo que a él le habría gustado y haciendo "eses".
Él tomó el camino hacia abajo, y yo el camino hacia arriba, sin sueño, sin hacer "eses", y con ganas de haber seguido cantando.
El curó su alma, yo no.



 

miércoles, 14 de junio de 2023

A veces tengo ganas de volar ¿y tú?

 Hace mucho que no escribo, pero entro a saludar a los que me hacen comentarios por privado. Sigo vivo, creo. Y por tanto, seguimos volando. Hasta la caída. Mientras tanto os dejo esta delicia. Tanto por la letra, la melodía, cómo la orquestación que me parece preciosa. Como la idea de volar contigo.
 
tema: Nel blu dipinto di blu
autor: Modugno y Franco Migliacci
año: 1958