domingo, 11 de noviembre de 2012

El Lorito


¡Pues si! Diez o doce años despues he vuelto al Lorito. Y lejos de no existir ya tan malhablado animal según me contaba mi gran amigo Coco, descubro que se encuentra agazapado bajo la chimenea a la espera de que los borrachos le silben un poco. Y no sólo eso, sino que además resulta ser más viejo que yo y hace seis años que pasó la crisis de los treinta, increíble.
Descubrir que todavía existe ese ejemplar tropical en la calle escondida para la gente sóbria, aportar nuestro pequeño grano de arena sonoro a la grabación del disco de los amigos cubanos, saludar a los buenos amigos de verdad que se esconden tras los ordenadores y luces de la mesa de mezclas y grabación que "no dan avances". Ver al amigo, compañero y maestro en las teclas en el escenario. Esperar y ayudar en el desmontaje de la sala cuando realmente sólo iba a ver el concierto como espectador.
Las risas con los amigos Pepis que de repente aparecen entre la barra en la primera canción.
El Kebap a las "finas hierbas" algo "Templao" y bajo la lluvia fina. La calle de quinceañeros y nosotros fuera de lugar. Los bares repletos de adolescentes con botas altas y pantaloncito. El bar de los abuelos. En el que ponen buena música, que aún no se si ésta es buena porque van abuelos o si van abuelos por que es buena la música.
Las risas entre músicos, las charlas sobre sonidos, acordes y la diferencia entre "menores y mayores". Cubatazos, bailecitos, besos y conversaciones pícaras. Marea de sombreros y gorras para cubrir las alopecias medio canosas y dar ese toque rockero que nos diferencia de la gente de los bares del resto de la calle dónde el tamaño del tupé modernete importa.
Mejor no mirar la hora, hoy se está bien. Nuevas conversaciones, saludos amistosos, saludos de negocios, saludos de proyectos, saludos que tardaban ya demasiados años en darse. Caras conocidas, viejos rockeros que han dejado a las niñas con los abuelos para salir con la mujer. La Habana. El rock, la troba y el son. Mirar a las alturas, las odiadas comparaciones entre risas. Abrazos en blanco y negro. La Pasión según San Jorge, la Búsqueda, la puerta con carteles de leds, la ensalada aragonesa, la botella de vino, las risas y risas, el taxi, las risas con el taxista, la llegada, la casa, la cama.
En fin, que hay días en los que todo sale bien, y te rodeas de decenas de amigos que merecen la pena, te aprecian y les quieres.
Gracias Jorge, por llevarme engañado.

tema: We Can Work It Out
interprete: Stevie Wonder




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