
Sobrecogerse ante la magnitud de lo que te rodea no significa que lo admires. Y eso es lo que me ocurre en la capital. No me gusta. No me siento cómodo y no deseo abandonarme al frecuente hecho de adaptación que sufren la inmensa mayoria de quienes deben sobrevivir alli.
Soy de campo, quizás me he oido decir a mi mismo que soy de pueblo, pero eso no es del todo cierto. Adoro, del verbo adorar el ocio, las personas y las culturas.
Asi que, como adoro y me gusta la union de los sencillo y los sofisticado, cuando no pierde la esencia natural, os dejo una fotito en la montaña que representa lo natural y mi chamarra de ultima generación contra el frio y de marca, representa lo sofisticado, jajaja.
y una canción que me enamora cada vez que la escucho. Donde la banda representa lo natural y ella lo sofisticado. O no, o yo que se...
PD. despues de un fin de semana enterrado bajo el subsuelo de Madrid, necesitaba subir al cielo. Además, empiezo a pensar que ya no me gusta el infierno, al ser un espacio cerrado no se puede fumar, al contrario que en el cielo.
Ala! Dale Kate!!!