sábado, 13 de septiembre de 2025

¿A mano o a máquina?

Últimamente dejo pocas entradas en el blog, aunque realmente no es porque no
tenga cientos de temas en mi cabeza para tratar aquí. Debe ser vagancia o no querer saturar al lector.
Hoy os dejo esta reflexión que escuchaba una tarde de esta semana en la radio:
¿Cuanto hace que no escribes a mano, con bolígrafo y papel?
 
La verdad es que la pregunta me pareció bastante sencilla de responder, desde el punto de la generalidad. Me cuesta pensar que haya muchas personas de cierta edad y educación de antes que no escriban de vez en cuando en un papel. Por ejemplo, una lista de la compra o algún tipo de listado. Unas pequeñas anotaciones de lo que sea, de forma improvisada, etc. Lo que me hizo pensar que todos escribimos a mano sobre un papel habitualmente.
Es cierto que las aplicaciones de los móviles son múltiples y podemos anotar cualquier cosa sin tener un papel a mano, pero me gustaría creer que la inmensa mayoría todavía escribe a mano con regularidad en un papel. 
Desde luego ya no se escriben cartas como antes. Ya no se escriben felicitaciones de navidad como antes, aunque a todos les gusta recibirlas. La mayoría de las personas no escriben largos textos en papel, usando versos o prosa.
Pero, insisto en que me costaría pensar que la gente ya no escribe cualquier pequeña anotación en un papel.
 
En mi caso, no me salgo de la norma general a la hora de tener instaladas aplicaciones en el móvil para anotar ciertas cosas. Pues todos tenemos más a mano un móvil que un bolígrafo. Sin embargo, al escuchar la pregunta en la radio me dí cuenta de que yo aún mantengo la rutina de escribir a mano en una agenda diaria. No por placer, sino por no sobrecargar mi memoria con lo acaecido durante la jornada laboral. Aprendí hace décadas a dejar cada jornada por escrito aquello que fuera relevante, para cuando los jefes te preguntan o acusan de algo mal realizado, tener la constancia de cuando se hizo y quien lo hizo. Esta costumbre tan atípica, no sólo me ha llevado a llenar una estantería organizada con agendas (la primera es de 1997 y así año tras año hasta hoy), sino también a salvarme de muchas o muchísimas broncas injustas por parte de superiores en el trabajo, así como del placer de revisarlas alguna vez y recordar momentos, personas o diferentes trabajos.
En esas agendas, escribo cada día lo referente a la jornada laboral, y además al final de cada agenda los últimos días del año escribo un anuario de los momentos más reseñables o aquellos que más me hayan marcado en lo personal.
Todos los días escribo a mano, en mi trabajo estamos lejos de usar tablets o pantallas digitales. Todavía debo sacar casi a diario una cinta métrica y una libreta para medir terrenos, calcular volúmenes de tierra, de agua, o dosificaciones de productos fitosanitarios. No solo sigo escribiendo a mano sino que me veo en ocasiones teniendo que dibujar o hacer operaciones matemáticas con mi dedo en la tierra.
El centro donde trabajo era un antiguo centro de enseñanza de personas adultas y de pronto en este puesto que desempeño me vi teniendo que escribir con tiza en la pizarra para enseñar, cuando recuerdo que odiaba salir a la palestra y tener que resolver aquellas malditas ecuaciones, derivadas o teniendo que señalar el complemento directo de una frase.
Reflexionando sobre esa pregunta me di cuenta de que además de escribir o anotar apuntes en papel en la jornada laboral, las tardes las llevo dedicando hace muchos años a escribir o mejor dicho bosquejar en cuadernos pequeños versos sueltos que quizá con el tiempo acaben convirtiéndose en canción, en poema o yo que sé. Otra cosa no, pero mi despacho está repleto de papeles desordenados con textos escritos a mano que muchas veces ni yo mismo consigo descifrar tiempo después.  

El caso es que, al igual que yo me respondí a mi mismo esa pregunta que escuché, hoy os traslado a vosotros la misma cuestión con el fin de que reflexionéis sobre el tema. ¿Cuanto hace que no escribes a mano, con bolígrafo y papel?
Y, como no puede ser de otra forma, la canción de hoy intentaré que vaya al hilo de la entrada. Para ello, aprovecho para dejaros tres temas. El primero porque lo oí hace pocos días y me encantó escuchar de nuevo este tema. El segundo y el tercero que os dejo hoy también, porque son temas que algo tienen de relación con el arte de escritura.
 
tema: Murder, She wrote
autor: John Addison
año: 1984
 
 
tema: Il Postino
autor: Luis Enríquez Bacalov 
año: 1994

 
tema: Lápiz y tinta
autor: El último de la fila
disco: Astronomía razonable
año: 1993
 

 

martes, 2 de septiembre de 2025

Septiembre, no pienso vendimiar

 Bueno, ya estamos en Septiembre. Cuarenta y seis "Septiembres" en mi haber y en el de alguno de ustedes. Pero es verdad, éste es el primero que no pienso vendimiar (los primeros seis no tenía capacidad de coger un "gabiño" sin cortarme, aunque sí la tenía para ser obligado a pisar la uva).
Ahora ya no hay uva que coger, ni cepas que quemar en la brasa. De eso ya no queda nada, pero sigue llegando Septiembre, el inicio de curso, la ilusión de que llega el otoño y el frío. Los ensayos, las guitarras, la ropa larga y la melancolía al atardecer.
Ha pasado el verano y en esta ocasión ha estado repleto de vivencias, experiencias, paisajes y gentes.
Podría quedarme con muchas estampas veraniegas de mis vacaciones, pero hoy tengo que elegir y me quedo con dos especiales. Con la posibilidad de haber podido quedarme largo tiempo observando atónito la espectacular vía láctea ante nuestras cabezas de ciudad contaminada por la luz eléctrica. El sentirte pequeño de nuevo viendo pasar la lluvia de estrellas acompañado de quien llego en su momento traída por un deseo pedido a una estrella fugaz.
El otro momento se lo dedico al francés que me hizo llorar de estremecimiento interior este verano, cuando en medio de una mesa llena de desconocidos como si de una cena de erasmus o de la misma ONU se tratase, se arrancó con una voz especial, carismática y llena de emoción con esta canción que yo le pedí tras guardar mi guitarra y que él cantó de forma impecable e implacable.
 
tema: Et pourtant
autor: Charles Aznavour
disco: La Mamma
año: 1963

 
 
 

martes, 12 de agosto de 2025

A fuego lento

 A fuego lento y con medio país en llamas, se va pasando el verano. ¡Por fin! Todavía queda mucho verano, muchos incendios por apagar y nuevos que algún descerebrado prenderá. Queda mucho fuego por apagar, en la calle, en el bosque, en la política... Muchos fuegos en Gaza, muchas ganas de prenderlos entre presidentes de naciones. La gente está muy quemada, todos estamos quemados. Pero no queda otra, no hay solución y habrá que empezar a saber convivir con estos calores y llamas, porque no nos servirá de nada recordar constantemente tiempos pasados, que nuestra memoria ya ha olvidado que también estuvieron cubiertos de llamas, pero los fuegos de antes pronto se olvidan al observar los nuevos y actuales.
Se van acabando los meses de verano, que no el verano ni el calor. Y ahora toca resguardarse del fuego que sale del asfalto y de la prensa. En mi caso, me queda el grato recuerdo de unos días menos acalorados, que no fríos, dónde pude desconectar del fuego, soñar como un chiquillo con conquistar los mares y pensar alejado del crepitar de las llamas.
 
Hoy y con estos tiempos que corren solo cabe esta canción en directo. Por la extrema maestría de la banda y el coraje del señor Villarreal tan necesario hoy en día.
  
tema: Las calles están ardiendo
autor: Mclan
disco: Dos noches en el Price
año: 2014

 


 

miércoles, 16 de julio de 2025

A por la séptima

 ¡Madre mía! Un mes sin escribir por aquí. Y menudo mes más extraño y apático.
Imagino que andaríais todos muy ansiosos por leer una entrada nueva y yo sin publicar nada. Bueno, ¡Al turrón!
 
No había cumplido los diez años de vida en este planeta, cuando ya perdí la primera. La caza tiene ese... que sé yo, y ahí que me introduje yo entre el cañón de una escopeta y la liebre. Los perdigones silbaron y me peinaron a raya (por aquel entonces aún me peinaba) y me hicieron prometer y cumplí que no se contaría. Supongo que a estas alturas mi madre no entra en este blog, así que puedo seguir cumpliendo aquella promesa grabada a pólvora.
 
Todavía me peinaba cuando llegó la segunda. Aquel coche planchó mi guitarra en mi pierna y mi cabeza volvió a peinarse a raya, esta vez con el cristal del coche y después con el asfalto y las ruedas del coche de atrás.
Entre unas y otras, hubo buenas y severas llamadas de atención. Sin embargo, yo tengo ese gran don de no hacer caso nunca.
 
El caso es que seguí sin hacer caso a nadie ni a la naturaleza, que ya con cierta edad me decía que no me fuera por las ramas, otro gran defecto de mi carácter. Así que ahí me andaba yo, solo en una tarde de navidades, trabajando y cortando las puntas de un seto de ciprés sin nadie que pudiera admirar, aplaudir o recriminar mis dotes de trapecista. Con mis pies en el último peldaño de una escalera abierta completamente y apoyada en en la parte más endeble del seto, medio cuerpo por encima del ciprés y mis manos empuñando un cortasetos de gasolina de 8 kilos de peso. Un movimiento en falso y la escalera quedó con un solo apoyo sujeta al suelo, el seto cedió y como si de un gato se tratase salté hasta el suelo. cuatro metros de salto fueron suficientes para demoler mis rodillas a cambio de no matarme una vez más. Se puede vivir sin meniscos, lo puedo demostrar. Pero creo que sin vida o sin cabeza, no se puede vivir.
 
La cuarta, fue de nuevo en la nuca y contra la acera. Quizá la más suave o menos terrible. Y es que abusar del alcohol y tratar de levantar a tu amiga tiene esos riesgos que de haber sido letal, habría sido jocosa la esquela en el periódico. Aquella fue con nocturnidad, alevosía y la pandilla de público. Perdí durante unos minutos el conocimiento. El poco que ya tenía o tuve. 
 
Haciendo recuento, veo que son muchas las que no merecen ser relatadas o puestas en lista, pero no menos curiosas en lo que a la futilidad de la vida se refiere. Poniendo a trabajar mi memoria, recuerdo no hace muchos años, la decisión de que no entrara yo a realizar un trabajo en un espacio confinado y que entrara otro trabajador de otra empresa. La casualidad quiso que aquel trabajo que habitualmente debía hacer yo y mis compañeros, lo realizara otra persona que no salió con vida de allí. Espero que aquella decisión de última hora no compute en la lista.
 
La quinta fue hace tan poco tiempo que todavía me duele todo. Y es que intentar hacer lo que hacías con una bici a los trece años con casi cincuenta, tiene sus riesgos. No sé por qué razón pensé que esos que se tiran loma abajo con bicis caras y equipo completo de casco y protecciones no tienen nada que yo pueda envidiar. Así que me tiré, no loma sino barranco abajo con desnivel del casi cien por cien. Ya Vero, quien tiene más estima a la vida que yo y capacidad de raciocinio (no como yo), me avisó de que aquella bajada no era un riesgo. Era un suicidio. Pero yo, envalentonado cómo si de una nueva hazaña de Alonso Quijano se tratara, desoí el consejo de mi fiel escudera y me tiré. Llegué, me tiré y fue ella quien tuvo que bajar a recogerme, darme palmadas hasta que recobré la consciencia y llevarme malherido a casa.
 
Total que así, malherido y sumamente dolorido por todas las partes de mi cuerpo, pues meses después todavía se mantienen algunos de esos dolores , llega el día en que me mandan a cortar otro seto de cinco metros de altura con tan solo un adolescente como ayuda. Al menos esta vez no estaba sólo. Subí, corté y mi adolescente ayudante metió una de las patas del andamio en un agujero. Aún resuena en mi cabeza el grito que el chico dio intentando sujetar el andamio conmigo arriba, cosa imposible cuando el peso y la gravedad son enormes para el cuerpecillo de un chico tan joven. La caída fue de espaldas con la mala suerte de de que mi nuca dio directamente con el bordillo. Yo me levanté aturdido pues sabía que quedarme en el suelo descansando solo podría generarle un infarto a mi ayudante, así que me hice el valiente y me levanté deprisa y me puse a recoger las herramientas. En ese momento y por las prisas de que el chico no pensara que me había matado, no me dí cuenta de que llevaba la nuca abierta, la camiseta cubierta de sangre y la suerte otra vez de mi lado, pues imagino que sería la hora de descanso de San Pedro.
 
Y así, y como si nada, ya voy por mi sexta vez que no muero. Si digo que a partir de ésta voy a tener cuidado, es mentir, pues mientras no esté enterrado siempre quedarán otras oportunidades o quizá ya solo una. Seguramente, miraré al cruzar, no me tiraré barranco abajo ni intentaré levantar a amigos ni yendo borracho ni sobrio. Pero el ciprés tiene la mala costumbre de crecer y debe ser cortado una o varias veces al año. Con lo que parece que seguiremos tentando a la suerte. Eso sí, creo que al menos ya me conozco el horario de almuerzo de San Pedro y compañía. Así que os doy un consejo: Si vais a jugaros la vida que sea en festivo o en el momento de descanso de los de arriba, o los de abajo.
 
tema: Highway to hell
autor: AC/DC
disco: Highway to hell
año: 1979
 

 
 

jueves, 19 de junio de 2025

Siempre, la banda

Corren malos tiempos para los grupos. Los grupos de amigos, de gente bajo mismas ideas, de mismas ilusiones, de inquietudes similares, de reunión, y cualquier otra cosa que se nos ocurra y para la que se tenga que disponer de un grupo de algo.
La famosa cadena de muebles sueca, vino a poner tan solo la punta de un gran iceberg que ya hace tiempo impactó con el casco del barco en el que viajábamos como sociedad. 
La sociedad del hazlo tú mismo, del supérate y créalo tú mismo. De mejor ser emprendedor que trabajar a las ordenes de alguien y rodeado de un grupo de compañeros.
Al principio, funciona. No hay que discutir con nadie, estar insatisfecho con otras ideas quizá mejores, pero ya no hace falta escucharlas, porque ahora somos cada uno de nosotros nuestro propio grupo, nuestras propias ideas, etc.
Unipersonales, soberbios, letrados en todo. Pero finalmente solos y necesitados de todo y de todos. Ahora ya no funciona y los gabinetes de psicología ya no tienen huecos para más citas. Cómo tampoco vivimos ya en épocas de cafés y bares donde antiguamente se reunían los parroquianos para charlar tras una copita, y vivimos en esa perversión entusiasta de quedarte en casa o peor aún en el gimnasio, pues ya no hay "Barmans" que te ofrezcan la escucha tras la barra, nos vemos abocados a no poder soltar nuestras frustraciones y problemas cotidianos con otras personas.
La gente anda jodida, anda mal. Y sobretodo solos. Ese sentimiento de soledad cada vez es mayor entre más personas.
Hoy traigo la nueva canción de esta gran bandaza española y tan poco considerada. Pero a ellos ya les da igual eso. Son felices y los transmiten en sus canciones y conciertos. 
También ellos, que no son ajenos al mundo actual, tuvieron su momento de pensar en buscar mercenarios y hacer sus proyectos en solitario. Todos caemos en esa ridiculez en un momento u otro y en cualquier cosa de la vida. Pero esta banda, ha vuelto para demostrar que se puede y se debe ser parte del grupo, que el grupo es un bien preciado que si bien no te da el "triunfo" que a día de hoy se supone, te da la gran posibilidad de sentirte parte de algo mayor, de sentirte parte de , de ser querido y escuchado por los de tu grupo, de tener con quien compartir, reír, etc.
Este año vuelven y sin duda con más fuerza que antes. "Lo que no te mata te hace más fuerte". Gracias por volver y gracias por la bofetada de realidad que algunos necesitamos para entender aquello que decían en la bola de cristal cuando eramos niños: "Solo no puedes, con amigos si"
 
tema: Siempre
autor: Sol Lagarto
disco: Siempre (sencillo)
año: 2025
 

 
 
   

jueves, 12 de junio de 2025

Vivo

 Hace diecisiete años que empecé este blog con un único propósito. El de
mantener en la distancia una cita con mi amigo Miki para enseñarle por este canal las propuestas musicales que iba encontrando y que me apetecía compartir con él. Hará más de veinte años que él venía a casa y se sentaba en mi cama mientras yo le ponía música y analizábamos juntos sonidos, estilos y demás sorpresas (cuando no conoces, todo lo nuevo es sorpresivo) que guardaban las canciones que le iba poniendo.
Ahora ya, no te sientes en la cama ha dejado de ser para él una visita online a mi habitación, sin embargo, esta frase se ha convertido en el blog visitado por algunos de vosotros con más frecuencia de la que yo esperaba, y también esta frase se  ha convertido en himno con música y letra para la banda Malaventura.
No me pongo nostálgico, pero hoy quiero hacer referencia a aquellos inicios y a su por qué, ya que hoy traigo un a uno de los artistas más importantes de Brasil, con nada menos que cien millones de escuchas en muchos temas de su discografía. Ganador de diferentes premios Grammy Latino y un gran compositor. Traigo este tema de su disco Lenine in cité que es una delicia sonora y que hace veinte años le habría puesto a Miki para enseñarle como el autor decide hacer la canción tan solo con su guitarra y acompañado por los sonidos del agua. El disco entero es un compendio de muchos detalles sonoros, pero el uso percusionado del agua en esta canción es algo que estoy seguro le habría gustado a quien me refiero.
 
En tiempos de ruido, no viene nada mal algo de pausa sonora y, como dice el autor, sentir que estamos vivos incluso a pesar de los muchos defectos. 
Y por cierto, este autor es otra muestra de la mezquindad europea y muy española de no ver la gran oferta cultural que existe fuera de casa y que nunca vemos ni apreciamos. Ni somos el ombligo del mundo, ni deberíamos pasar nuestro tiempo mirándonoslo.
 
tema: Vivo
autor: Lenine
disco: Lenine In Cité
año: 2020 

 
 

jueves, 5 de junio de 2025

Gracias por venir y quedarte en mi casa Nando

 He intentado escribir esta entrada en diferentes ocasiones. La primera, cuando salió el último álbum y me lo escuché como los demás, pero sin embargo este me ha gustado, y pensé en hacer una entrada dedicada a mi amigo Javier que tantos años llevaba intentando que me gustara este artista.
Pero no escribí la entrada y pasó el tiempo, así que tenía la intención de colarlo por aquí en algún momento.
Este fin de semana este disco ha sido banda sonora. Sus acordes y melodías han acompañado la noche, el tequila y el amargor. Los momentos de piscina, de hierba mojada y hierba seca. Este finde pasado, Monika me oía con sorpresa alabar este compendio de canciones sinceras mientras ella no dejaba de pinchar dictatorialmente al autor en este y anteriores discos.
Sin duda un fin de semana para recordar hasta lo confuso y amenizado hasta la saciedad por este disco y las horas de debate sobre el disco y el autor en mi terraza con uno de sus mejores amigos y conocedores de Enrique, un gran cántabro que me admira y admiro.
Sin embargo, esta entrada la voy a escribir por la tercera opción. La opción de justificar el propio trabajo del autor.
Los que tuvimos abuela o los que somos más de pueblo de lo que nos gustaría, hemos tenido siempre una voz sincera que nos diga la verdad y que cantar debe ser algo bonito, y no vomitarlo todo, gritando y escupiendo al micrófono.
Para el que no lo sepa, los cantantes tenemos dos tesituras, o dos formas de expresarnos. Ninguna mejor que la otra, pero si una más sincera que otra. 
Todos nos dejamos llevar (es casi imposible no hacerlo) por el poderío de la electrificación y los vatios de potencia. Lo que en otras palabras podría llamarse Rock. Y por el otro lado, la sinceridad de los instrumentos acústicos sin electricidad y la sonoridad melódica.
Hace falta mucho bagaje u osadía (en su defecto) para aventurarse a cantar sentimientos profundos en voz casi baja y acompañado por instrumentos acústicos que dejan entrever las grietas de la voz y del alma.
Y es aquí, donde pienso que por fin, este artista se ha quitado prejuicios, vatios y tesituras juveniles de Rock. Es aquí donde para mi, aparece una increíble voz nacida para cantar y para permanecer en las emisoras del mundo hispanohablante durante décadas, con sutilezas y sin el prejuicio de que es lo que pensarán aquellos que le conocen vomitando sílabas y gritando estribillos.  
Ya era famoso, conocido y reconocido. Pero creo que es ahora donde se ha hecho eterno. En este álbum podemos encontrar canciones que le sobrevivirán mientras haya una emisora o medio dedicado a los grandes éxitos de la historia.
Lo más jodido es darse cuenta de que uno ya tiene una edad para jugar con pistolas de agua, lo jodido es demostrar puntería y destreza con el arma letal de la verdad.
Imagino que temas de derechos y mierdas de esas, me quitaran el video de esta entrada, pero mientras tanto aquí lo dejo.
Pd. Javier... Esto si.
 
tema:  Las chingadas ganas de llorar
autor: Bunbury
disco: Cuentas pendientes
año: 2025