Si después de este fin de semana marcado por el rescate de los secuestradores (o a los secuestradores), empiezo la entrada diciendo que se empieza a ver luz al final del túnel, quizá alguien se piense que he hablado con Súper Mariano y me ha convencido de que esto es lo mejor que le ha pasado al país después de la era Aznar.
Pero no es así. Es tan solo por la unión de diferentes hechos que unidos en poco tiempo, varían el filtro con el que veo últimamente las cosas.
Es posible que lo que más necesitaba, eran horas de dispersión colectiva. Paisajes con amigos, cumpleaños de amigos, litros de cerveza con amigos, amigos que vienen de lejos, amigos que veo menos de lo que debería, aunque debo decir que no estaban todos los que pensé, pues tenían otros quehaceres ineludibles.
Se que no tiene nada que ver, pero la izquierda afianza su mandato en Francia, las próximas elecciones griegas apuntan a la llegada de un nuevo poder que se corromperá seguro pero que parte de la filosofía obrera (menos da una piedra), la política aquí, empieza a pensar en otros círculos alejados del monopolio bipartidista. Los ciudadanos comenzamos a pensar en otros modelos.
Nadal y la roja unen a más personas que los políticos, y Jordi, nos enseña por fin la cara buena de personas que viviendo en este país, han sabido buscar soluciones.
No sé chic@s, pero yo este finde, he visto algo de Luz al final del túnel, y lo que más importante me parece:
Quizá lo estábamos haciendo mal. Hay otra visión, hay otro modo.
tema: Lagrimas de Oro
autor: Manu Chao