martes, 2 de agosto de 2011

Plan B

Tendrían que cambiar la ruta, pero no lo hacen. Todos los martes a las diez en punto de la mañana, paran en la puerta. Siempre van los mismos tres operarios. Dos están dentro y uno conduce. Se bajan los dos de detrás y se queda en la cabina el tercero. Los dos que bajan entran al bar. Piden en la barra y primero entra uno al servicio, mientras el otro ojea el periódico, y luego se turnan para entrar el otro al servicio y ojear el periódico el primero. Mientras, el conductor mira aburrido la calle por la luna de delante y espera ansioso a que uno de ellos a las 10:20 sale del bar a cambiarle el puesto. El otro día una mujer mayor se cayó en la acera justo cuando los dos estaban haciendo el cambio de conductor, y se acercaron rápidamente a ayudarle, pues la zona inspira confianza suficiente como para abandonar un minuto la cabina. Yo me coloco aquí en la barra que es donde se ponen ellos. Cuando el primero se marcha al servicio, yo en un tropezón apago su walky. Cuando salga el primero de servicio, dejamos que entre el segundo. Ahí es cuando soltamos la pieza del bombín del pomo para dejarle encerrado. Yo apagaré entonces el walky del que se queda en la barra. Susan está fuera, y cuando vayan a cambiarse el puesto de cabina, ella fingirá un desmayo. Tu estarás justo en la puerta fumando ya que en el bar no se puede y ellos no se extrañarán. -¿Que hora es? -Tranquilo, son las diez menos cuarto. Camarera! Me pone un carajillo de coñac por favor... 




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