Con motivo del enlace de un gran amigo el pasado Sábado 30 de Abril, se nos convocó a los asistentes a un refrigerio y animada celebración en un céntrico local de Zaragoza. Concretamente en el Opera Club. Un local que deja boquiabierto a los que entran por el diseño, la comodidad de las estancias (tres exactamente), la amplitud, la limpieza y demás retoques de decoración. Desde luego una gran sala. Pero de nuevo, o una vez más, nos encontramos con que el local no se llena, aunque es cierto que es difícil concretar el adjetivo de lleno en un sitio con tantos metros cuadrados. Pero aunque estoy seguro que habrá vivido días mejores, tengo la absoluta certeza de que una vez más triunfa, en esta crónica de una crisis anunciada, la real ineficacia de los asalariados pinchadiscos (aunque desconozco si es por falta de gusto y cultura musical, o si viene dictado de las alturas directivas).
Así que, habiéndome quedado estupefacto ante el error musical de la sala, y haciéndome verdadero daño el observar otro zaragozano derroche de energía con el consecuente mal aprovechamiento de sus capacidades, de sus posibilidades como sala referente de la música en Directo, como sala muy bien decorada para el publico asiduo al jazz, y otras ofertas que desde luego tendrían un claro reflejo económico al alza para la directiva, me propongo por todo ello y gratuitamente pasar a relatar los fallos que una vez más, en esta ciudad, se repiten en esta sala y su gestión musical.
1. Para comenzar, diré que un local como este podría no tener música en el ambiente. Pero si finalmente se ha decidido y se destina un alto presupuesto a amenizar con este antiguo arte a los concurrentes, entonces queda claro que se debe cuidar con atención la música encargada a tal efecto. (Lo que parece no ser de recibo es tener la música de artistas modernos y su música "post-bakaleta" en el café recibidor donde son muchos y normalmente cuidados los que allí acuden a diario a tomar un café (del que se vanagloria la sala) ya que existen estilos mucho más acertados para este cometido, y seguramente más ceñidos al gusto de todo aquel que decide disfrutar de un buen café en un local amplio, limpio, bien decorado, etc. Y más, si cabe, teniendo en cuenta que muchos de los asiduos presumen de clase, elegancia y buenas maneras. Por lo que yo recomiendo a la dirección la sustitución de la actual música por un estilo como el jazz (estilo huérfano, en esta ciudad, de un local donde poder disfrutar de esta música más acorde con la clientela que lo frecuenta actualmente, por no hablar del rédito económico que este estilo conlleva, pues son muchos los melómanos con alto poder adquisitivo y gustos por bebidas de alto nivel, que frecuentarían los cómodos sillones si habláramos de esta primera sala como un jazz-club, o incluso Opera-club)En todo caso, una música ambiental (no chill) para "ambientar" y poder charlar, leer la prensa o simplemente disfrutar del sabor de un buen café, sin que shakira se apodere de las ondas que sobrevuelan la estancia.
2. Parece que la segunda sala está destinada a celebraciones especiales y sala tipo discoteca. A lo que desde luego se vuelve a fallar con la decisión musical actual. A no ser que la dirección tenga decidido que sean pocos y ahorradores aquellos que osen disfrutar de la música "post-bakaleta".
Y aquí quiero dejar claro varios conceptos que la boina excelentemente apretada no nos deja entender.
a) Las chicas bonitas no hacen una buena caja. Ni se emborrachan a gran escala, ni desean apestar a alcoholes fuertes, ni desean engordar con el alto contenido en azucares de las bebidas espirituosas. Por ello son potencialmente malos clientes. Un local con alto presupuesto con tan solo levantar la persiana cada día no debería fijar su clientela en chicas bonitas que apenas van a consumir, pero van a disfrutar del gasto de luz en cámaras refrigeradoras, luces de fiesta en la sala, sueldos de trabajadores, agua de las cisternas y papel (de hecho estoy seguro que si establecemos una media de las veces que tiran de la cadena o abren el grifo y lo comparamos con el dinero que pagan por consumición... hagan cuentas.
b) Los chicos guapos no hacen una buena caja. Casi por los mismos motivos que los anteriores podemos decir que un chico muy "in" y a la moda, y que se cuida, es aquel que no beberá en demasía, cuidará mucho de no ingerir un numero alto de calorías tan inadecuadas para su cuidado abdomen. Si desea acercarse a la chica guapa que baila pero que no bebe, podemos decir claramente que la pareja bailará (para eso cuidan tanto la estética entre semana) Pero el que baila no bebe. Y a menos que yo me confunda, este local no es una asociación de amigos del baile, sino un bar, con lo que se financia de las consumiciones adquiridas por el cliente. Pero bailar es cansado y produce una reacción en el organismo a modo de transpiración, con lo que los sujetos mencionados que ahora bailan, luego harán uso de las instalaciones del servicio de caballeros y mujeres, con lo que volvemos a tener un claro déficit de cuentas.
c) Ciertas músicas solo atraen a ciertos clientes, por lo que una música "post-bakaleta" continua provocará una criba temporal. Primero se marcharan los asistentes de mayor edad y con mayor poder adquisitivo (que evidentemente no volverán a entrar en la sala de no tener una celebración ineludible en el futuro, ya que por su propia voluntad no entraran los fines de semana, pues desconocen el modo de bailar estas nuevas músicas que le hacen sentirse mayores y ridículos ante las chicas bonitas que bailan pero no consumen)
Los siguientes en marcharse serán aquellos que se encuentren en entre el grupo de mediana edad, es decir entre los 25 y 50 años, con poder adquisitivo suficiente como para beberse, si están disfrutando, hasta el agua de los floreros. Pero que como no escuchan habitualmente esas propuestas musicales del pinchadiscos, sino más bien (y las estadísticas radiofónicas lo demuestran contundentemente) músicas típicas en cadenas tipo Kiss Fm, M-80 radio, Cadena Dial, Rock and gol, Cuarenta Principales, Radio 3 (Rne) y actualmente su propia discoteca en Spotify, pues es claro y evidente que no volverán a no ser que deban asistir en un futuro a otra celebración ineludible. Pues no pueden hablar por el volumen de la música, habito que podría calificarse de prescindible si la música acompañara a bailar o mover el hombro que no soporta el peso en la barra, con lo que prefiere marcharse a otro local y dejar la posibilidad de bailar con la chica guapa a otros hombres más metrosexuales que no consumen. Aunque es evidente que si la música acompañara, el ciudadano mediocre podría sacar su arma infalible de baile apasionado para conquistar a la chica guapa, con lo que retrasaríamos su abandono del local en unas dos o tres horas con sus consiguientes consumiciones.
En conclusión, podemos decir que la música que actualmente invade las ondas de este gran y bien decorado segundo salón son claramente una barrera para aquellos que disfrutan del ocio. Por lo que se pierde clientela y con ello dinero. Debo decir, por si lo desconoce la directiva, que son propietarios de uno de los mejores locales de Zaragoza para realizar conciertos, pues sé que detrás de la nueva cristalera de espejos, se esconde un amplio escenario que ahora mismo no genera rédito alguno a la sala. Y hay que tener en cuenta que pocos locales tienen la amplitud, comodidad, permisos y demás disposiciones para ser referencia en la franja norte del país en lo que a música en vivo se refiere. Por no hablar del rédito económico que produce tener una buena gestión de música en vivo de diferentes estilos.
3. Tan solo me resta comentar la tercera sala, quizá la más emblemática del local, por su disposición como Palco. Aunque quizá algo inseguro por lo poco fiable de su barandilla, pero en lo demás, un tercer espacio realmente elegante y acogedor, que hará las delicias de aquellos que prefieran estar en esa parte alta de la sala, aunque por lo citado anteriormente y teniendo en cuenta que la música es la misma que en la sala anterior, pues nos encontramos con los mismos problemas de rechazo por parte de la clientela. Eso sí, sería el sitio ideal para estar sentado en una mesa o sofá pero no tener que levantarse a por la consumición. Por lo que si yo tuviera una buena gestión musical de este tercer enclave como cliente, puedo asegurar que igual no me levantaba en toda la noche del agradable sofá, mientras saboreo una copa tras otra.
Para terminar, quiero decir que la Música es evidentemente más importante que la marca de cerveza que se sirve. Desconozco si el propósito es tener una sala de referencia en el norte de España con una buena gestión de conciertos, gestión de tres salas adaptadas para diferentes momentos y clientes, más la actual gestión de celebraciones. O si por el contrario y en mi opinión contrastada con aquellos que conmigo asistieron a la celebración de mi amigo, estamos ante una sala dedicada solo al desfile poco rentable de bellezas intocables y gorilas por doquier sin función alguna, ya que los altercados han pasado a los relatos antiguos de Taberna de Piratas, pero hoy totalmente en extinción por la CULTURA del cliente medio, suficiente cultura como para exigir un mínimo de calidad no solo en la decoración sino también en la programación.
Y como muestra... un botón. Aquí os dejo hoy un tema para demostrar que se pueden poner grupos actuales pero con sonidos bailables hasta por los tacones de las chicas guapas.
Si ponen canciones como estas, os aseguro que bailaríamos todos dándolo todo, y después nos tendríamos que acercar a la barra a refrescar el gaznate y refrigerarnos.
tema: Clocks (Salsa Versión)
autor: Coldplay + Orquesta Buena Vista Social Club
Voy a intentar escribir por tercera vez la entrada de hoy, y es que las anteriores las he borrado por no dejaros un ensayo personal de política. Y es que hoy me siento indignado al ver ciertas fotografías en periódicos locales. Personajes corruptos cercanos y conocidos por experiencias personales que ahora se frotan las manos pasando entre los acampados del 15-M mientras intentan convencer a unos señores de que esta ciudad es merecedora de títulos y honores por su gran gestión cultural.
Desde luego Bienvenidos a los Buenos tiempos (la pregunta es: ¿para los que protestan o los corruptos?) 
